miércoles, 4 de abril de 2012

LO QUE NOS DEPARA EL MAÑANA

Soy Jero el viajero, patrón de los “sin techo”, ídolo de nadie y un “friki” para todos aquellos anclados en la normalidad, en resumen: un quiero-y-no-puedo del viaje condenado al incesante cambiar del mundo interior. Y es que cuando uno quiere ver correr el paisaje a veces la vida le apremia modificando el relieve de su corazón. Una dura lección para alguien que se ve recorriendo el Tíbet para volver a casa y abrazar a su gente por la noche.
Esta vez el incesante cambiar de las mareas me ha arrastrado hacia la Bretaña francesa.
De hecho todavía estoy en camino, justo hoy salimos de la Aquitania.
Hace un año David y yo viajábamos por la Camarga francesa y me hacía prometerle que el siguiente viaje sería a la Bretaña! Le dije que no sería posible, los vientos me arrastraban hacia el Este, pero el tiempo es cambiante en las costas del Atlántico y tan pronto llueve como quema el Sol. … y aquí estoy, sin “para bien o para mal”... simplemente estoy.

La duna de Pyla me depuró. Vine recomendado por mi prima Mag y por mi amiga Marta, y agradecí de sus consejos.

El viento arrastraba las preocupaciones con los granos de arena y me depuraba poco a poco, como una especie de exfoliante sentimental. En lo alto, con el horizonte tan cerca, mis pies parecían tan lejos... y sólo tenía ojos para el magnífico paisaje que me rodeaba. Un lugar magnífico, sin duda, que amé en su momento.
Alguien dijo que amar es un verbo que sólo se puede conjugar en pasado; sabias palabras brotadas de la boca de un buen amigo. ¿Se trata de una gran verdad? A veces las decimos, luego nos damos cuenta de lo que significan.
Así pues ¿puedo decir que amé ese momento y ese lugar? En el futuro lo tendré más claro. Pero si el viento vuelve a arrastrarme aquí no me quejaré. De momento está la Bretaña.
¿Qué nos depara el mañana? El coche en pana, la batería acabada, encontrar un hostal a última hora de la noche en el que poder dormir, un camping, de golpe empieza a llover...... imprevisible como la vida. ¿Importante?
Anécdotas que recordar y de las que reírnos, cosas que nos inquietan en el momento pero que amaremos en el futuro al conjugar ese mismo verbo para explicar estas mismas anécdotas. Saberlo en el presente es jugar con ventaja.
¡Brindemos por lo que nos depara el futuro! ….. ¡ tan imprevisible!

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